El marketing digital comprende el empleo de Internet y todas sus plataformas para -en primera instancia- dar a conocer un producto y/o gestionar campañas de toda índole, optimizando todos los recursos posibles.
El boom tecnológico digital facilita de sobremanera el cumplimiento de todos los objetivos que una marca pueda plantearse, pues ofrece una gran posibilidad de impacto en los usuarios consumidores y prospectos de consumidores.
¿Por qué las marcas deben implementar más canales de comunicación?
Ahora bien, ninguna empresa debería conformarse solo con poseer un portal web: ya no basta con contar con una página oficial y una red social activa.
La creación de apps para ofrecer más cantidad y calidad de contenido, la gestión de cuentas de otras redes sociales que permitan una mayor interacción con el público objetivo, nuevas formas de mailing, un blog con posicionamiento SEO y muchas otras alternativas más son consideradas, ahora, como estrategias para tener un mayor alcance.
¿Resulta rentable la conexión a otros medios?
Para muchas marcas, y en dependencia de su target, sí.
Si el público al que el producto o servicio va dirigido se define -en el ámbito psicográfico- por personas con gran actividad y presencia en redes sociales y que cuenten, al menos, con un dispositivo tecnológico de comunicación, entonces desarrollar acciones en los diversos medios digitales garantizará, sin lugar a la menor duda, un gran porcentaje de éxito (el resto dependerá, evidentemente, de la potencia del concepto en sí).
Si el producto o servicio no posee stakeholders a los que puedan apuntar sus mensajes mediante redes, la estrategia debería ser redefinida, a fin de encontrar el medio ideal por el cual puedan transmitirse de manera efectiva. Sin embargo, lo último mencionado no es razón suficiente para inhibir a la marca de poseer presencia en el mundo digital.